jueves, 22 de enero de 2009

Se me hace que alguien se equivoca.

Hace muchos días que se me antoja tomar café. He descubierto que el café tiene varias propiedades, entre ellas, que el aroma es directamente proporcional a la compañía de quien se sienta frente al catador.
Hay una variante del café, el té. El té suele ir con la acompañante del degustador de café. Últimamente no veo mucho té en mi mesa. Quizás es culpa del café. O de mis gustos, como este blog.
Como sea, el antojo es por el café; que entre más aromático, mejor.
cchiapaa